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Pequeño manual para tomar decisiones de TI

9 de septiembre de 2025 por
Pequeño manual para tomar decisiones de TI
Mario Cruz

Cuando ejecutivos junior, de TI o de otras áreas, me dicen que sienten a sus departamentos estancados, que se perciben “raros” o atrapados en un impasse, lo primero que les pregunto es:

¿Qué decisión no has tomado?

A veces es una, a veces son varias. Pero lo cierto es que cuando algo en el trabajo se siente detenido, suele ser porque hay decisiones que se están postergando. Yo también he estado ahí, en esa misma situación. Y recuerdo que mi coach, mucho más experimentada que yo, me hizo exactamente esa pregunta. Fue un antes y un después.

¿Por qué no tomamos esas decisiones? Hay muchas razones. Una de las más comunes es que no reconocemos que ese es, precisamente, nuestro trabajo. En especial cuando asumimos por primera vez un rol directivo, puede costar aceptar que nuestra principal tarea no es hacer, sino decidir.

Jeff Bezos lo expresa con claridad:

“Como alto ejecutivo, se te paga por hacer una pequeña cantidad de decisiones de alta calidad; no te pagan por tomar miles de decisiones al día.”

Y hay algo poderoso en esto: la calma que aparece cuando finalmente decides y comienzas a actuar en consecuencia. Es un alivio, pero también una inyección de energía. Como decimos en México: el mundo es de los aventados (y no, no lo dijo Juan Escutia, aunque bien pudo haberlo hecho).

Un buen primer paso para salir de ese impasse es preguntarte si la decisión que estás evitando está realmente en tu dominio, en tu círculo de autoridad. Si depende de ti y no de nadie más, lo mejor es tomarla de inmediato.

En otros casos, necesitarás la aprobación de tu jefe o de un comité. Ahí el reto no es esperar, sino pedir la reunión, presentar tu propuesta y provocar que la decisión se tome. Eso sí: llega con una propuesta clara, porque delegar hacia arriba, sobre todo en decisiones clave, puede ser un riesgo para la percepción que generas de tu capacidad de liderazgo.

Y cuando se trate de una decisión que se siente arriesgada, pero está dentro de lo razonable, recuerda ese principio tan citado: es mejor pedir perdón que permiso (ask forgiveness, not permission).

La próxima vez que sientas ese nudo en el estómago porque tu área o proyecto parece detenido, hazte esta pregunta:

¿Qué decisión no he tomado?

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